Las Cartas de Cyrano de Bergerac

Hércules Savinien de Cyrano, Caballero de Bergerac, quizás el más romántico de los héroes conocidos. Supe de su existencia cuando mi madre me regaló el libro; tenía 12 años de edad. Han pasado más de 40 años y sigue siendo mi personaje predilecto. En mi carrera como escribidor de cuentos, hacedor de personajes y soñador empedernido, decidí utilizar tal nombre en su honor, y he tratado de ser lo más fiel posible a sus pensamientos.

martes, enero 31, 2006

CARTA IX - ¡Bienvenida!


Valencia, 1 de Enero de 2004.

Roxana

Amada prima. Comienzó el año con su rostro tallado en mis pupilas. Escuché anoche la cuenta regresiva que despedía el viejo año con la imagen de su sonrisa colorida bailando ante mis ojos. Era la sonrisa que siempre exhibe para mí, esa que dice te quiero sin musitar palabra alguna... Sí, anoche cerré los ojos y la besé al compás de las 12 uvas del tiempo, doce pildoras gigantescas y moradas, trasegadas en cada deseo de ser sólo suyo. Le confieso que por alguna extraña razón estaba usted junto al recuerdo de mis fantasmas, de esos que no se alejan y que sé me protegen día a día.
Cielo mío, en este 1° de Enero debe saber que inicio el camino impregnado de usted hasta los tuétanos; que cuando rozo mi piel y está usted en mis pensamientos, es su mano cálida la que provoca mis delirios. Bajo los párpados y la veo recorrer mi cuerpo como sólo usted sabe hacerlo.
Mi Señora. Sube una vez más el telón de esta obra ya cincuentenaria y su principal protagonista se apresta a divertir al público ataviado con un traje de arlequín. He de reír, he de llorar, he de mentir, he de sufrir, he de cantar, he de bailar... pero no he de morir. Ese último acto está aún vedado para mi, porque Dios debe concederme el privilegio de exhalar ese último suspiro en sus brazos. Y así, como Buñuel, he de reírme de lo que ha sido mi vida en tanto los perros andaluces se orinen a la orilla de la luna mientras la hojilla corta el iris de unos ojos que parecieran cansados de tanto vagar.
Amada, disculpe la disgresión, pero resulta imposible no volar al otro lado del sol cuando a usted me dirijo. En este día que abre un nuevo ciclo en mis espacios, sepa que usted ocupa el mayor porcentaje de mis quimeras. La AMO. Sólo eso alcanzo a decirle en este año que comienza.
Siempre suyo

Hércules Savinien de Cyrano
Caballero de bergerac